"Mon Cher Ricardo"
Respuesta de Ricardo Fort:
Estimada señora de Beauvoir:
En primer lugar, le agradezco su propuesta. A esta altura de mi vida y luego de años en el mundo artístico, no me sorprende que la gente se acerque a mí por mi fama, tal como lo hizo usted mediante su carta.
Valoro que se haya tomado el tiempo de conocer mi carrera. Es cierto todo lo que dijo acerca de mí, pero esa fama que yo mismo supe construir, por la cual logré hacer mi lugar en los medios, hoy en día ya no la valoro como antes. Aquel Ricardo que usted describió se hubiese sentido honrado de formar parte de su nuevo proyecto, al lado de figuras tan importantes, pero el tiempo es oro y al tren Ricardo Fort le queda tanto por recorrer…
Esta vez elijo hacerme a un lado y quedarme con el amor de la gente. Como usted bien sabrá, ya que tanto investigó sobre mi vida, actualmente gozo de un perfecto estado de salud y podrá entender que quisiera aprovecharlo junto a las dos personas que más amo en este mundo: mis hijos Marta y Felipe.
Le mando un saludo y espero poder leer su estudio una vez finalizado.
Ricardo Fort
Respuesta de Simone de Beauvoir:
Mon cher Ricardo,
Recibo con mucho gusto su respuesta. He quedado sorprendida ante su rechazo. No puedo negar que un poco entristecida me ha puesto. Lamento aprender que ya no es aquel personaje que tanto admiro. Pues, debo advertirle que no me quedaré de brazos cruzados viendo como usted renuncia a esa fama, a sus sueños. Le pido que haga un último esfuerzo por su gente, por aquellos que estuvieron ahí para alentarlo, amarlo y sobre todo seguirlo cueste lo que cueste. La valentía que le imploro es la misma que tuve yo al animarme a luchar por las mujeres y la misma que en su momento tuvo usted al ignorar las críticas y convertirse en un gran Showman.
No se confunda, no estoy diciendo que deje de lado a sus dos hijos y vuelva a esa fama que ya no valora. Al contrario, con el apoyo y amor de sus hijos, reaparezca, una última vez, para contar su historia. Será histórico como el encuentro entre Nikita Kruschev y John F. Kennedy. Humildemente le pido una oportunidad, un encuentro. Le prometo que no se arrepentirá.
Le pido con todo cariño que abra conmigo ese corazón, ese ser que tantos admiran y siguen. Anímese a mostrarse, no como aquel que ya no es, sino como aquel en el que se convirtió. Haga de su fama una historia inolvidable. Le aseguro que tanto aquellos que lo admiran, como sus hijos, le estarán agradecidos. Recuerde y hágales recordar a todos que “el tren de Ricardo Fort pasa solo una vez”. Muéstrele a todos que no habrá jamás un hombre como El Comandante.
Por favor deme la oportunidad que de seguro le cambiará la vida. Confíe en mí.
Avec affection,
Ton appréciée, Simone de Beauvoir
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