martes, 29 de septiembre de 2020

Respuesta a Bruce Wayne ("Apelo a su confidencialidad")

María Mc Cluskey
Comisión 07
Profesor: Santiago Castellano
Consigna: sigue el intercambio de cartas: a la carta que recibió el personaje que crearon, tienen que responder negándose a la propuesta. Para ello, tendrán que utilizar como recurso una metáfora y una ironía, además de contraargumentar lo que les propusieron, con todo otro procedimiento que encuentren útil

Respuesta a Bruce Wayne ("Apelo a su confidencialidad")

*Querida señora de Beauvoir,

Este humilde servidor del altruismo, como sé que usted también lo es, quiere hacer un cambio direccional en su vida, apostando a que almas puras como la suya guíen su camino hacia un lugar mejor.

Siendo un gran admirador de su aporte a la sociedad, poniendo usted todo su trabajo al desnudo y a la orden de la civilización en pos de inspirar a terceros, deberé devolverle el favor y confesarme yo también.

Quizás sea una gran sorpresa o quizás sea insignificante al tópico, pero el caballero oscuro que ronda la noche de Gotham City soy yo. Así es, yo soy Batman.

El punto de esto es que, siendo el encargado de mantener dicha figura como un símbolo inspiracional, debo recurrir a su ayuda, puesto que nadie está mas capacitada que usted. La realidad es que, gracias a la pandemia que atraviesa el mundo de hoy, la imagen de un murciélago acechando a todes en la oscuridad no es la mejor, verá.

Lo verdaderamente grave del asunto, es que esto conllevó a un crecimiento exacerbado de la delincuencia en la ciudad. Con la imagen del murciélago por los pisos, la credibilidad en el Espantapájaros y sus vacunas sube como la divisa extranjera en Argentina.

Comprenderá que no puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo todo por lo que tanto usted como yo hemos luchado se desmorona. Es así que, dejándome llevar por su ideología: "sólo es expresado aquello que puede ser narrado", la invito a ser la co-autora de mi primer libro, si me permite, nuestro primer libro.

En este pretendo develar mi identidad, para poder darle vida a ese simple murciélago que parece tan ajeno al ciudadano. Para ser uno igual al resto y poder hacer de nuestra lucha, la lucha de todes.

Sé que esto conlleva muchos riesgos, pero combatir al crimen por las noches también lo hacía y no por eso me detuve. Hablar de igualdad en el siglo XX también lo hacía y no por eso se detuvo usted. Sé también que hay mucho más por hacer, pero por algo se empieza ¿Verdad? Más vale murciélago en mano que cien volando.

Usted misma dijo que "mujer no se nace, se llega a serlo" y hoy Simone, hoy quiero ser mujer para luchar contra la injusticia del mundo.

Permítame entonces, para finalizar, citar a un conocido suyo: "los hombres pueden morir de hambre por la falta de autorrealización tanto como puedan por la falta de pan" - Richard Wright. Podremos tener pan en nuestras mesas señora de Beauvoir , pero si no hacemos esto, le aseguro moriremos de hambre.

Por lo pronto, apelo a su confidencialidad.

 

Con cariño, Bruce Wayne






Respuesta:


Cher Bruce Wayne,


Qué agradable sorpresa recibir su carta. Me halaga su apelo a mi confidencialidad. Me extraña su gran admiración por mi trabajo; nunca pensé que Batman sería un gran admirador de una escritora feminista. Sin embargo, sus palabras fueron perlas de sabiduría.


Con respecto a su propuesta, no sabía que Batman, además de ser el caballero de la noche, era un escritor culto y lamentablemente no podré cumplir su deseo de escribir un libro juntos . Respeto su manera de resolver las injusticias sociales pero simplemente no me veo representada en ellas. La violencia para mi no es negociable. Es por eso que me hago a un lado y dejo que recorra su camino solo. No deje atrás su lucha, siga peleando por sus ideales. Repito : “Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia”. Insisto, querido Bruce Wayne, deje guiarse por su libertad y muéstrele al mundo quién está detrás del caballero de la noche. Muéstrese como se ha mostrado frente a mi. No le tenga miedo a su libertad.


Finalmente, le recuerdo que no dude en enviarme una copia de su libro si es que decide escribirlo. Aunque antes tengo un humilde consejo. Quizás deba expresarse ante su público mediante lo visual, cinematográficamente hablando. Sin dudas, confío en que su anuncio será bien recibido.


Avec amour,

Simone de Beauvoir


martes, 22 de septiembre de 2020

Carta a Ricardo Fort

Maríaria Mc Cluskey
Comisión 07
Profesor: Santiago Castellano
Consigna: Simone de Beauvoir le escribe una carta a Ricardo Fort (debe contener un ejemplo con valor argumentativo, una cita de autoridad y un refrán)

Carta a Ricardo Fort

París, Francia

Estimado Ricardo,


Conozco la difícil situación por la que está afrontando en estos días y humildemente vengo a proponerle algo diferente pero interesante.


Probablemente le sorprenda recibir una carta de París y en especial, que venga de mi. Posiblemente no sepa quien es la mujer que le escribe. Pues me presento. Mi nombre es Simone de Beauvoir y soy una escritora y filósofa francesa feminista. A lo mejor, ha oído hablar de mi lucha por los derechos de las mujeres y la despenalización del aborto en Francia. Pero se preguntará qué interés tiene una escritora feminista francesa en un personaje como Ricardo Fort. Pues los tiempos cambian y uno debe acomodarse a ellos.Y como dice mi gran compañero de vida Jean-Paul Sartre: “no perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos pero éste es el nuestro”.

A raíz de estos tiempos que se modernizan más y más, decidí tomar un camino distinto al que venía recorriendo. Quizás podría caracterizarlo como inesperado. Es por eso que en mi búsqueda por el porvenir, su imagen, su figura y su importancia a nivel mediática, llegó a la luz de mis ojos. Como bien dicen, el que busca, encuentra.


Sé e investigué sobre su trayectoria. Me pareció muy interesante su crecimiento y a su vez, el amor y admiración de su público hacia su persona. Reconozco que es muy valiente al mostrarse completamente transparente frente a los medios de comunicación. Pues sé lo difícil que es llevar a cabo una vida en donde lo critican mucho; a mi me pasó y sigue pasando por ser mujer. Aunque a usted, siempre pareció desinteresarle qué opine el resto. De alguna manera encuentro revolucionaria su forma de ser. Criticado por su padre como alguien “incapaz” y por los medios como una persona “ostentosa”, rescato su perseverancia por seguir siendo fiel a su ser y a su personalidad.  Pues coincido con Rosa Luxemburgo al decir que “lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo”. Y así, mi querido Ricardo, se comporta usted y realmente lo admiro.


Su figura mediática tan importante en Argentina me llevó a proponerle lo siguiente: Pensando en su trayectoria como personaje famoso me interesaría escribir, en un primer lugar, un estudio sobre lo que conlleva la vida de una “celebrity”. Usted sería uno de los casos por su aspecto extravagante, su perseverancia a seguir creciendo y mantenerse en forma y siempre “perfecto” frente a cámaras y por sobre todo, su pasión y creatividad que lo llevaron a ser quien es. También por esa humildad y sensibilidad frente a un otro en condiciones sociales o físicas peores que usted. El estudio conlleva varios personajes como Marilyn Monroe, Britney Spears, Stephen Hawking, Franz Kafka, Frida Kahlo, entre otros. 


Lo elijo a usted entre tantos otros por que veo y siento que tanto usted como yo tenemos el deseo de cambiar lo malo de esta sociedad, eso que le hizo tanto daño  pero que lo convirtió en lo que es hoy: El Comandante Ricardo Fort. Digámosle “Basta Chicos” a todos aquellos que critiquen y hagamos saber a la gente quien es y cual es la historia de Ricardo Fort. Haré que su historia llegue a miles de personas como lo hizo en su momento Showmatch al convertirlo en la famosa figura argentina. Demostremos juntos, que la fama te da el poder de abrir mentes. 


Espero ansiosa su respuesta.


Atentamente,

Simone de Beauvoir


miércoles, 2 de septiembre de 2020

La Pantera negra (continuación casas)

Maria Mc Cluskey
Comisión 07
Profesor: Santiago Castellano
Consigna:  A partir de Casas: "Elija una historia menor, no desarrollada, de alguno de los dos relatos (por ej.: la historia del hermano del narrador de Ocio, partiendo de la ocasión en que caminaba con alguien por la calle para dirigirse a una casa ¿clandestina? de apuestas de caballos [pp. 19-21]; la historia de la paranoia del narrador y de su internación por drogas [p.16 y otra, en  Ocio]; la de las alucinaciones y la paranoia que sufre el narrador cuando vende y consume drogas con Roli [pp. 59-60, 61, 66-67,  en Ocio]; la visita a un departamento para alquilar [pp. 52-54, en Ocio]; el inicio de la relación con Susi en una fiesta [pp. 51-52, “Asterix, el encargado”]; la historia no desarrollada de otros personajes, como Roli o Picasso, en Ocio). Expándala a la manera de Casas; la historia elegida debe convertirse en el sostén de una nueva historia, donde se agregan nuevos personajes.  Por supuesto, su narración debe resultar autónoma. Extensión sugerida: entre tres a cinco carillas".
Primera escritura


La pantera negra

Una tarde, mientras charlaba con una tía vi cómo una pantera negra se me arrojaba encima. Me escondí debajo de la mesa. Como lo único que puede haber visto era el pañuelo que mi tía llevaba en el cuello, mis viejos decidieron internarme. Las pastillas me producían esas visiones zoológicas. En el hospital pasé dos días de alucinaciones. Recuerdo cuando me internaron, estaban mis viejos hablando con el médico, se los notaba preocupados. Se encontraban a los lejos, con lo cual, no oía de qué hablaban. Inmediatamente que se terminó esa charla, el médico se me acercó. Yo, todavía bajo los efectos de las drogas, recuerdo como su cara se había transformado en la de un gato. Al principio me asusté, pero decidí no hacer escándalo para aparentar que me encontraba en perfectas condiciones. Deje de escuchar lo que me decía el médico o más bien el gato. Se encontraba misterioso y hablaba con una gran tranquilidad. Sus ojos eran radiantes, llegando al nivel que sentía que me penetraba con su mirada. Hipnotizado por la mirada del gato, veo que detrás de él un animal negro pasa. 

-Es la pantera de vuelta- grito asustado.

-No hay ninguna pantera- contesta el gato.

-Me persigue- insisto.

De inmediato, siento como un líquido corre por mi cuerpo. Me habían inyectado para que me tranquilizara y durmiera. 

Me despierta un ruido. Al abrir los ojos, todavía un poco dormido por lo que me inyectaron, veía todo borroso. Siento una voz femenina que me habla. Me tocó los ojos para poder ver mejor. Estaba oscuro y no veía nada. Vuelvo a escuchar esa misma voz. Intenté seguir la voz con mi mirada, pero nada. Me paro en medio de la oscuridad. Comencé a seguir esa voz tan dulce. Parecía como un canto. Sin prender la luz, salí de mi habitación. El hospital parecía estar vacío. Veo a lo lejos una sombra más negra que la oscuridad que me rodea. La sigo. Me encuentro semidormido subiendo las escaleras. Caminaba sabiendo hacia donde iba. No recuerdo el trayecto con exactitud. Debe haber sido por lo drogado que estaba. Todo era silencio. Me veo parado en la terraza del hospital en plena noche. Me siento en el borde y dejo que el viento fresco de la noche me vuele los pelos de mi cabeza. Respiro profundo y disfruto esa pequeña sensación de libertad. La voz reaparece. Miro hacia un costado.Nadie. Miro hacia el otro. Absolutamente nadie. Me doy vuelta, y allí estaba. La pantera negra. 

Conversamos hasta que se hizo de día. Tenía algo muy dulce en su voz. Parecía querer enseñarme muchas cosas sobre la vida. Era como si mi madre me estuviera hablando. Hablaba pausadamente con mucha dulzura. Atrapado en la conversación, me olvide de que me encontraba hablando con una pantera negra. Si, un animal. En mi cabeza, en mi estado, todo tenía sentido.

Mi estado de comodidad y tranquilidad se vio interrumpido por una alarma. Allá abajo sucedía algo. Sentí como el alborto llegaba a mis oídos. La pantera intentaba advertirme de algo. Intenté escucharla pero no lo lograba a causa de esa maldita alarma. Intentaba leer sus labios pero era inútil, no entendía lo que me estaba diciendo. Su mirada me preocupaba. 

Sentí el golpazo de la puerta y un grito "Aquí está". La pantera desapareció inmediatamente. Mi cuerpo se rodeo de brazos abrazándome. Todos alrededor preguntándome cómo me sentía. Aterrado por el alboroto, me desmayé.

Me desperté rodeado de cables y un ruido molesto marcando mis pulsaciones. Estaban mis padres. Mi madre llorando me miraba preocupada.

-¿Por qué?- me dijo.

-¿Por qué, qué?- le contesté.

-¿Por qué intentaste suicidarte?-me susurró.

-No me suicidé, estoy vivo mamá.- le contesté.

Se tiró a mis brazos llorando desconsoladamente, mi padre indiferente. Mientras abrazaba a mi madre noto algo en el pasillo. La puerta de mi habitación estaba entreabierta. A causa de la lejanía fuerzo mis vista para lograr ver con más precisión qué es lo que se encontraba detrás de esa puerta. La pantera negra. Cerré los ojos. Los abrí. Ya no estaba más. Sentí que estaba cayendo en la locura. ¿Por qué estaba alucinando con una pantera negra que incluso hablaba? Pensé en mi estado y me tranquilicé. Decidí culpar a las drogas por ello.

Pasaron las horas y mis dos padres seguian ahi. Su presencia me incomodaba. Necesitaba salir de allí, pero era imposible. Quería estar solo, en mi cuarto, escuchando música. Es lo único que pedía, tranquilidad. Y por supuesto, que nadie me joda. El hospital, no era un lugar tranquilo. Constantemente veía, por el pequeño espacio que la puerta semiabierta me permitía observar, una gran cantidad de personas pasar. Había de todo, enfermeras, médicos, pacientes, familiares. Muy agotador.

Necesitaba que esa pesadilla se terminase para poder retomar mi vida. Ya no sabía si lo que veía era por efectos de los medicamentos que me daban o si era la realidad. Estaba confundido. Lo único que escuchaba eran los llantos de mi madre y seguido a eso pequeños discursos de que la vida si tenía sentido vivirla. 

El médico entra a mi habitación. Se lo notaba serio. Empieza a leer mis estudios médicos. De la nada, su rostro vuelve a parecerse al de una gato. Dejé de entenderlo. Las alucinaciones se estaban apoderando de mi. Cerré los ojos y me dormí.

Vuelve a estar todo oscuro a mi alrededor. Me vuelvo a levantar, pero esta vez me siento distinto. No es mi cuerpo. Alcancé a notar que tenia mas pelos de lo usual. Mis manos eran distintas. Me sentía más encorvado. Claramente no era yo. Pero al estar todo oscuro, no lograba verme del todo bien. El instinto me llevó a salir de mi habitación. Esta vez, ninguna voz me guiaba. Mi cuerpo o el de este nuevo ser, se dirige solo. Ya no tengo ningún control de mis movimientos. Solo observo. Me encuentro de vuelta en las escaleras. Pero no las subo, las trepo. 

Siento el viento en mi cuerpo desnudo. Hacía frío. La pantera negra estaba sentada mirando hacia el horizonte. Me dirijo hacia ella. Al caminar hacia donde se encontraba, noto algo raro en el reflejo de un charco. Me detengo para observarme. A pesar de la oscuridad, logré ver que se trataba de un animal. Intuyo que era un mono. ¿Por que me había convertido en mono? ¿Estaba alucinando de vuelta? ¿Estaba soñando? 

-Veni, acércate- me dijo.

-¿Percibís el silencio?- acotó

-Si- le respondí

-Así va a ser cuando yo no esté, un eterno silencio- dijo.


Me despierta la luz del día. La enfermera brutalmente abrió las cortinas para que entrara la luz del día. Confundido observé mis manos. Volví a ser yo. Me anunciaron que en instantes me iba a visitar el médico. todavía un poco dormido pienso en el sueño que tuve. Esa última frase. ¿Que significaba?

El médico entra y me anuncia que me daba el alta, mis estudios daban bien. Me di cuenta de mi  mejora al ver que se trataba del médico y no del gato con el  que alucinaba. Me cambié y volví a mi casa. Al llegar mi madre me esperaba con la comida lista. Mi padre junto a ella y mi hermano sentado en la mesa. Fue la cena que más disfruté. Charlamos mucho y comimos también. Fue divertido.

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El día estaba gris y volvíamos con mi hermano, mi padre y yo de enterrar a mi madre. No nos hablamos en todo el trayecto. Puro silencio. Almorzamos como era de costumbre en la mesa. Ninguno abrió la boca para hablar, salvo para comer. En silencio comimos y luego nos dividimos cada uno en su isla. Recostado en mi cama escuchando música, recordé ese extraño sueño. La pantera tenía razón, nos encontrábamos en un eterno silencio.


"Escribiendo entre 4 paredes"- Antologia

"Escribiendo entre 4 paredes"- Antología 2020 https://drive.google.com/file/d/1abR0Qg896oypDGC9rp4cw8zVSFbmcOFa/view?usp=sharing